CLAUDIA FERNANDEZ-SILVA PhD

El vestido como artefacto del diseño

El vestido como vehículo de la transformación del cuerpo

Por: Claudia Fernández-Silva y Ángela María Echeverri.

Texto publicado en:

Fernández, C. (2013). De vestidos y cuerpos. Medellín: UPB.

Palabras clave: Transformaciones y modificaciones corporales, ciencia ficción, ciberpunk, el vestido como agente modificador, categorías corporales a partir del vestido.

Según Nicola Squicciarino, es el momento del nacimiento en el que todos somos iguales, y es de ese instante, del que el  humano, intenta  huir. Señala como el hombre pretende escapar de la homogeneidad, del “uniforme de la piel”; por eso echa mano de lo más inmediato; su propio cuerpo, lo interviene y  lo modifica con diferentes propósitos: religiosos, jerárquicos, de reproducción (focalización de los órganos de reproducción o las zonas erógenas), para protección de enfermedades, fines lúdicos, mágicos y estéticos;  ya que el cuerpo humano por sí solo no responde a las necesidades de códigos sociales del  hombre, diferencia evidente con el mundo de la flora y  la fauna ,  donde los cuerpos se modifican sutil o drásticamente según lo que quieran comunicar a los de su misma especie en rango, posibilidad de aparearse, embarazo o  su enemigo, que puede o no ser de la misma especie, una advertencia  para no acercarse, el envenenamiento o una posible pelea a muerte.

La belleza, es entonces, una manera de escapar de la homogeneidad, “embellecerse, significa diferenciarse”[1]; el cuerpo por sí solo no es bello; no es en vano que los diferentes ideales de belleza a lo largo de la historia, tengan que ver con las formas corporales que se deben modificar acompañadas de características espirituales e intelectuales.

La idea de embellecerse es un fenómeno típicamente humano, del  orden de lo imaginario,  donde prima la sensación de lo incompleto del cuerpo, de que algo le falta. Es esta sensación, la falta, la que nos invita a modificar y transformar las formas naturales del cuerpo con la promesa de sentirnos completos. El vestido es una de tantas maneras de logarlo,  y  la de mayor interés para esta exposición. La  etnografía ha proporcionado infinidad de datos que demuestran como las razas primitivas carecen de vestido, pero no de cuerpos ornamentados; aquí  cabe mencionar las algunas prácticas corporales usadas : el tatuaje por puntura, es el más empleado por los pueblos de piel clara, el tatuaje cocido es muy popular en Asia septentrional en el pueblo de raza  siberiana de los ostíacos, tatuaje por cortes, la escarificación que es la forma de tatuaje empleada por los pueblos de piel oscura (Los Nuba de Kau),  el tatuaje por quemaduras proveniente de la antigua costumbre de maracar a los esclavos  y a los presos, expansiones de algunas partes del cuerpo, prótesis,  mutilaciones, por mencionar algunas. Todas estas prácticas se han arrojado a nuestra actualidad sin un trasfondo cultural o religioso, teniendo resultados cada vez más extremos. Resultados  similares encontramos en la cosmética, donde la promesa de la felicidad como estado permanente del humano actúa como motor,  pero pocas veces el entorno del que se somete a una cirugía o cualquier tipo de intervención corporal cambia, convirtiéndose esta en la primera de muchas intervenciones venideras.

Pero todos estos resultados sobre el cuerpo son también logrados por el vestido, algunas veces de manera más extrema, pues cuando la materia orgánica se agota en sus dimensiones y usos,  se echa mano de lo externo, de lo que puede portar el cuerpo, donde el límite de las formas y texturas es cada vez más surrealista.

Estos ejemplos dan cuenta de que la sensación de completud es efímera y por eso  necesita estar renovándose constantemente,  escudándose  en el embellecimiento propuesto por cada época,  así la falta, lo incompleto en nosotros nunca se termina de resolver, pues no encuentra asidero en la realidad, en la materialidad. De ahí la cantidad incontable de cuerpos propuestos  por la moda, el cine, la literatura y la plástica.

CATEGORÍAS DE CUERPOS

“el cuerpo no es más que esos modelos en que lo han encerrado los diferentes sistemas y a la vez todo lo contrario, su alternativa radical”

Jean Baudrillard

Con esta sentencia, Jean Baudrillard nos conduce a pensar en el cuerpo como una entidad que encierra múltiples definiciones determinadas por el ojo que lo nombra o califica, y así como no puede ser solo uno es a su vez lo contrario, no solo como su opuesto sino como lo todo lo que no se ha considerado, como es el caso del cuerpo abordado por las artes y las consideradas por muchos,  trasgresiones de la ciencia.

El cuerpo del hombre incontables veces nombrado por las épocas, las disciplinas y los credos contempla en rasgos generales, desde la mirada de occidente, dos grandes experiencias: cuerpo como objeto, cuerpo como sujeto. El cuerpo como objeto seria aquel contemplado como separación, separación entre el cuerpo y “algo”; Este algo denominado como no cuerpo y que opera en mutua oposición con el cuerpo y que, dependiendo del ojo calificador ha sido llamado alma, mente, conciencia, self o subjetividad, mientras el cuerpo propiamente dicho es evidenciado como materia inerte, herramienta o maquina cuya energía vital proviene del no-cuerpo. Visión cosmogónica promovida por Platón, Descartes, San Agustín, cuerpo como confinamiento, cuerpo como carga que hay que soportar en pos de alcanzar un más allá, una forma más pura de conocimiento, la inmaterialidad.

El cuerpo como sujeto enfrentaría entonces la alternativa radical de la completa subjetividad el cuerpo vivido como «mi» cuerpo, la experiencia de in-corporarase, un cuerpo perceptivo y sensible en su integralidad, aquel al que apuntan actualmente disciplinas como la arquitectura, el arte y el diseño.  Pero contrario a lo que podría parecer una consecuencia lógica en el supuesto abandono del paradigma moderno, el cuerpo como sujeto, así entendido, no es el cuerpo signo de la contemporaneidad o por lo menos no el más dominante. El advenimiento de la cibercultura puso en escena un cuerpo que halla sus antecedentes en la novela de ciencia ficción pero que ahora es el cuerpo social del ciudadano promedio. La imaginería cibercultural y sus elucubraciones tecnocientíficas promueven de manera exacerbada la idea de cuerpo como separación, son recurrentes los temas referentes a “la jaula de carne” como en la emblemática novela ciberpunk Neuromante. El cuerpo “físico” o terminal se convierte en un impedimento para el no cuerpo que navega libremente en las redes, aunque indefectiblemente ligado al cuerpo material que requiere mantenimiento y es perecedero.

Con Baudrillard estos cuerpos sin “alma” son registrados por su funcionalidad dentro de diferentes sistemas. El cadáver, el animal, el robot y el maniquí serán los cuerpos de referencia para la medicina, la religión, el sistema de la economía política y el sistema de la economía política del signo respectivamente. Estos cuerpos representan la corrupción y la muerte, la fuerza laboral y un valor de cambio.

Estas categorías de cuerpos tanto en su naturaleza paradigmática como en su funcionalidad nos conducen a reflexionar también desde su imaginario estético, el cadáver, el animal, el robot y el maniquí se presentan en la contemporaneidad no sólo como los modelos de cuerpo determinados por los diferentes sistemas sino también sus alternativas radicales, los monstruos de nuestras sociedades hipercorporalizadas cuyas estéticas han sido recreadas y actualizadas por la ciencia ficción.

CATEGORÍAS DE CUERPOS A PARTIR DEL VESTIDO

Si tomamos como definición de vestido aquella que sugiere un acto que enfatiza el proceso de cubrirse y si tomamos en cuenta la propensión de los seres humanos a adornarnos, encontraremos que el cuerpo de los hombres es un cuerpo cubierto sea con prendas, maquillaje o adornos y es por tanto un cuerpo transformado, en cuanto modificado en su naturaleza puramente biológica.

Como vimos en el capitulo introductorio, el cuerpo humano ha experimentado una serie de “mutaciones” a partir de diferentes dispositivos modelativos, que tienen como resultado la alteración de la silueta del cuerpo sea por expansión o constricción o por transformación de la superficie, desde la misma piel hasta los tratamientos textiles.

Distinguiremos en esta reflexión cinco categorías de estudio a partir de estas transformaciones corporales dadas por la vestimenta, las cuales constituyen el punto de partida del estudio de caso que analizaremos más adelante: cuerpos iridiscentes, expandidos,  mutados, protésicos y fragmentados.

Cuerpos iridiscentes

Cuerpo lumínico que se proyecta.

Con la intervención de materiales de propiedades reflectivas o iridiscentes estos cuerpos adquieren diferentes direcciones estéticas que van desde lo fantasmagórico a lo ilusorio, los haces de luz tienen la capacidad de desdibujar los contornos de la silueta corporal y proyectarla hacia otra espacialidad, o generar nuevas líneas estructurantes. Los cuerpos lumínicos adquieren su máxima expresión en la oscuridad absoluta provocando una negación de todo aquello que la iridiscencia no cobija, en algunos casos el cuerpo en su forma total es anulado permaneciendo las prendas como entidades flotantes sobre cuerpos espectrales.

 Cuerpos expandidos

Partes corporales proyectadas al espacio, expansión de la fisionomía.

Entendemos estos cuerpos como aquellos que no se contienen dentro de las costuras que les delimitan. Los cuerpos expandidos amplían sus registros proxémicos, algunos fundiéndose con el espacio otros extendiendo segmentos o partes corporales, prolongaciones que el vestido nos ofrece para integrarnos a nuestros objetos e insertarnos en nuestro entorno.

Los cuerpos expandidos llevan consigo su refugio, se extienden hacia otros cuerpos y se precipitan al afuera, desbordan su anatomía desvirtuando cualquier posibilidad de contención, es allí dónde comprendemos un vestido como espacio, los límites de uno y otro se desdibujan ofreciéndonos incontables experiencias plásticas.

Cuerpos mutados

Alteraciones en la estructura, extravíos formales de una parte del cuerpo

Mi mente desea hablar de cuerpos  que cambiaron a otras formas. Ovidio, la metamorfosis.

Si las mutaciones “surgen de los errores cometidos por la maquinaria que copia o repara el ADN»[2] alterando el significado de los genes, las mutaciones ofrecidas por la indumentaria a nuestros cuerpos biológicos nos sitúan en los terrenos de la monstruosidad, el estudio de esas alteraciones desde el nivel formativo de la academia nos permite, así como en estudio de las mutaciones genéticas, traducir los significados ocultos que estos cuerpos nos ofrecen seccionado su gramática y dejando su lógica al descubierto.

Si “la mayoría de las mutaciones destruyen el significado” [3]la vestimenta cuestiona con las modificaciones que produce en el cuerpo las funciones de las extremidades, por pérdida o por ganancia, el desplazamiento y la movilidad en general, además de la silueta como tal que, como decíamos en párrafos anteriores nos remite a una, podríamos llamar, teratología del vestir, ya que en ella se evidencia una desviación del ideal de perfección desde la morfología y el juicio sobre la misma: conforme y disforme.

Trabajos como los de Leihg Bowery y Rei Kawakubo entre otros, cuestionan esa gramática morfológica del cuerpo proponiendo con sus rellenos y tensiones lugares poco explorados en la silueta convencional. El monstruo contemporáneo es inestable e informe  respondiendo a nuestra sociedad igualmente inestable e informe, es por ello que la indumentaria desde los experimentos formales de la bauhaus en el ballet triádico de Oskar Schelemer hasta las performancias de Bowery revelan un cuerpo que, en lugar de adaptarse a cualquier homologación de las categorías de valor, las suspenden, las anulan y las neutralizan; para que ello suceda estas mismas categorías se establecen como perversiones de un modelo impuesto por el sistema de la moda quien rige mayormente nuestras maneras del vestir desde hace más de medio siglo.

Cuerpos protésicos

Añadir, superponer. Supone una adición de una parte del cuerpo no perteneciente a su estructura original.

El cuerpo ha creado un entorno intensivo de datos, datos extraños a nuestra experiencia subjetiva, el cuerpo se encuentra dentro de entornos extraños para los cuales está mal equipado. Arcadius Stelarc.

El cuerpo contemporáneo enfrenta además de la idea de expansión y mutación de su antropometría una experiencia por adición. Estas adiciones a diferencia de las transformaciones por expansión corresponden a agregados, a superposiciones de una materialidad generalmente extraña a su naturaleza. Mientras el cuerpo mutado reevalúa la función  habitual de diferentes partes del cuerpo, el cuerpo protésico promueve nuevas funciones o potencia otras convencionales. En ocasiones estos cuerpos nos remiten a superhombres, a máquinas, en el  imaginario protésico más reconocido, el ciborg; posthumano promovido por la ciencia ficción y nuestro hombre contemporáneo actual. Los ancianos de hoy son la vanguardia del futuro, dice Mark Dery en la biblia cibercultural velocidad de escape. El ciborg representa al válido sobrequipado propuesto por Paul Virilio, un individuo que contiene en su cuerpo todos los complementos de supervivencia sin necesidad de desplazarse. Nuestros cuerpos actuales se comunican, socializan y hacen transacciones sin salir de casa, el mundo al alcance un click.

Cuerpos fragmentados

Cuerpo seccionado en sus partes constitutivas o segmentado en pequeñas piezas. Fragmentación de superficie o de silueta.

“Fragmento se deriva del latín “frangere” que significa romper, de donde también se derivan dos palabras que constituyen parte de un todo: la fracción como acto divisorio y la fractura como potencialidad de ruptura no definitiva […] La geometría del fragmento es la de una ruptura motivada por fuerzas que han producido el aislamiento de su todo. Sus umbrales son cuantitativos”[4]

En la indumentaria hablamos de fragmentación desde el momento mismo de la construcción de las prendas a partir de planos; en la realización de los patrones el cuerpo es fragmentado en mangas, cuellos, delanteros y posteriores que son posteriormente ensamblados para lograr la tridimensionalidad a partir del textil. Pero más allá de estas divisiones en patrones, el cuerpo vestido fragmentado juega con las posibilidades de subdividir infinitamente las partes, evidenciando desplazamientos de los segmentos como el vestido aeroplano de Hussein Chalayan o desdibujando la silueta como continuidad multiplicando las articulaciones del cuerpo como nos lo enseñan algunos trabajos de Issey Miyake. Las partes estructurales del cuerpo determinadas por la longitud de los huesos y sus puntos de unión se vuelven imprecisas, el cuerpo resultante es una entidad hiperarticulada que, en su multiplicidad de planos revela perspectivas múltiples como el cuerpo cubista de las primeras vanguardias.

Estudio de caso. Rápido UPB cuerpos transformados, cuerpos arropados, el vestuario en la ciencia ficción. 

El “rápido” de la facultad de diseño de vestuario de la Universidad Pontificia Bolivariana, es un ejercicio  desarrollado  por los estudiantes de segundo a décimo semestre. Se conceptualiza y materializa en un periodo máximo de  tres días  partiendo de un tema específico.   “Cuerpos transformados, cuerpos arropados: el vestuario en la ciencia ficción” fue el tema elegido para el semestre 01-2009.  Este tomo como referente el subgénero literario de la ciencia ficción denominado ciberpunk, en cuyos relatos encontramos temas recurrentes como la invasión del cuerpo con miembros protésicos, circuitos implantados, cirugía plástica o alteración genética, invasión de la mente: interfaces mente-computador, IA, neuroquímica; técnicas que redefinen radicalmente la naturaleza humana, escenarios distópicos, mundo tecnológico y submundo, tecnología ubicua ya que no está fuera de nosotros si no dentro, bajo nuestra piel y en el interior de nuestra mente.

El ejercicio académico del rápido retoma entonces, como referente principal,  la ciencia ficción y el ciberpunk a partir de seis  cuentos pertenecientes al género. Es a partir de estos referentes que los estudiantes desarrollan piezas vestimentarias que retoman las ideas de cuerpo analizadas en el capitulo anterior y que sirven como puntos de partida para la reflexión del ejercicio académico.

Conclusiones

La ropa o los adornos son uno de los medios por los cuales los cuerpos se vuelven sociales y adquieren sentido e identidad, las transformaciones del cuerpo dadas por estos dos agentes a lo largo de la historia ponen de relieve la necesidad del hombre de alterar su anatomía. Las exploraciones a partir de la forma de la vestimenta sobre la forma de cuerpo humano arrojan infinitas posibilidades formales, funcionales, productivas y comunicativas. Es labor de la academia plantear ejercicios que aborden estas transformaciones del vestir y registrar esos resultados. Más que un ejercicio puramente creativo, estas nuevas ideas de cuerpo reevalúan  los procesos tradicionales en el desarrollo de prendas de vestir y nos sitúan unos pasos más allá de las convencionalidades estilísticas propuestas por la moda.

Bibliografía

Squicciarino, Nicola. El vestido habla: consideraciones psicosociologías sobre la indumentaria. Madrid: Cátedra, 1990.

Baudrillard, Jean. El intercambio simbólico y la muerte. Barcelona: Monte Ávila Editores, 1980.

Calabrese, Omar. La era neobarroca. Madrid: Cátedra, 1989.

Leroy

, Armand Marie. Mutantes: de la variedad genética y el cuerpo humano. Anagrama; Barcelona 2007


[1] SQUICCIARINO, Nicola. El vestido habla: consideraciones psicosociologías sobre la indumentaria. Madrid; Cátedra 1990

[2] LEROY, Armand Marie. Mutantes: de la variedad genética y el cuerpo humano. Anagrama; Barcelona 2007

[3] LEROY. Op. Cit.

[4] CALABRESE, Omar. La era neobarroca. Madrid; Cátedra 1989

CUERPOS MUTADOS (Diseño de Vestuario UPB)
CUERPOS FRAGMENTADOS (Diseño de Vestuario UPB)
CUERPOS IRIDISCENTES (Diseño de Vestuario UPB)
CUERPOS EXPANDIDOS (Diseño de Vestuario UPB)
CUERPOS PROTÉSICOS (Diseño de Vestuario UPB)

9 comentarios sobre “El vestido como vehículo de la transformación del cuerpo

  1. Muy interesante, gracias.
    Soy coreógrafa y estoy trabajando en una propuesta para una obra de danza contemporánea sobre la idea de un nuevo cuerpo escénico.
    Me interesa mucho la intervención del cuerpo y todas las posibilidades de nuevos lenguajes kinéticos y escénicos que se pueden explorar a partir de ello.

    Isabel Croxatto
    Coreógrafa y Directora
    Abundanza

    1. Hola Isabel, espero me compartas cual fue la propuesta a la que llegaste sobre ese nuevo cuerpo y así compartir experiencias desde nuestras preguntas por el cuerpo, yo desde el vestuario tu desde la danza.
      gracias por tu comentario!

      1. HOLA, l apropuesta es una obra de danza contemporánea que se llama «Simulacro de Alta Costura» y que fué estrenada por el Ballet Nacional Chileno en Sept del 2011. Puedes encontrar material visual en mi facebook y en vimeo hay un video de un asesión de fotos que se hizo de los trajes de alta costura que resultaron del proceso de la obra: https://vimeo.com/33259256. Cuentame que te parece seguimos en contacto, Saludos Isabel

  2. Me atrapa la idea del cuerpo sujeto, vivido en su experiencia subjetiva. Además, porque pienso en el cuerpo que cambia desde su experiencia personal, desde su integralidad. Que bueno contar con Investigadores de estos temas aquí en Medellín.

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